Cuando Tu estas junto a mí me siento confiado y seguro.Tu auxilio maternal me hace experimentar el calor de tu ternura.Acompáñame siempre, ¡oh Santísima! Nunca te alejes de mí, incluso cuando yo me muestre ingrato; apelo a tu comprensión y perdón de Madre.Tu dulce perseverancia será siempre un ardoroso ejemplo y un aliciente para mi fidelidad. Amén
Como el misionero pertenece a la orden de santo Domingo, cuyo espíritu se nutre de la Eucaristía y cuyo apostolado se ordena a hacer conocer, amar, servir y glorificar a nuestro Señor que está en el Sacramento de la Eucaristía; y esto para arrancar las almas de la esclavitud de Satanás y llevarlas a la libertad de la gracia y del reino de Jesús. Las llamamos eucarísticas, además, por que no comprendemos un apostolado que no salga del sagrario y que no se ordene a llevar las almas.
A esto pues se ordena toda la predicación y las instrucciones todas, y también el rezo meditado del Santo Rosario. Y por eso mismo, otro de los objetivos de estas misiones era la predicación del rosario, estableciendo en todos los pueblecitos su cofradía, comprometiendo a muchos a rezarlo todos los días en la familia
Dos eran los actos principales de la misión la Santa Misa y el santo Rosario. La misa comenzaba con algún punto de mediación de la doctrina cristiana: la señal de la cruz, los sacramentos, la gracia, el pecado, etc.
En la Santa Misa la plática solía ser regularmente sobre la naturaleza del santo Sacrificio, frutos, comunión, eln el altarel misionero era un conducidor e instructor de las almas, tan ignorantes la mayor parte de las veces, para llevarlas a la intimidad de los misterios de Jesús y enriquecerlos con su gracia.
Para todo esto hacía falta tiempo, y así la Misa solía durar una hora y media. Tiempo de ninguna manera largo para tan alta función, teniendo en cuenta, sobre todo, que era esta una ocasión extraordinaria para aquellas pobres gentes tan alejadas de los maestros; y que no cansaba a las gentes, por que el cansancio todo se lo llevaba el misionero.
Al igual que nuestro fundador nosotras las misioneras de Jesús Sacramentado y de María Santísima seguimos ese mismo espíritu dando a conocer, amar a Jesús sacramentado en todos, los lugares mas apartados donde lo ignoran y no lo conocer. Tú también puedes formar parte de esta gran misión uniéndote a esta gran tarea de evangelizar con Jesús y haciéndolo todo por Él.
Contemplar el rostro de Cristo, y contemplarlo con María, es el « programa » que he indicado a la Iglesia en el alba del tercer milenio, invitándola a remar mar adentro en las aguas de la historia con el entusiasmo de la nueva evangelización".
"Contemplar a Cristo implica saber reconocerle dondequiera que Él se manifieste, en sus multiformes presencias, pero sobre todo en el Sacramento vivo de su cuerpo y de su sangre".
"La Iglesia vive del Cristo eucarístico, de Él se alimenta y por Él es iluminada. La Eucaristía es misterio de fe y, al mismo tiempo, «misterio de luz». Cada vez que la Iglesia la celebra, los fieles pueden revivir de algún modo la experiencia de los dos discípulos de Emaús: Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron". (Lc 24, 31).
"Verdaderamente la Eucaristía es «mysterium fidei», misterio que supera nuestro pensamiento y puede ser acogido sólo en la fe". (n. 15).
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